Continuando
con los grandes fotógrafos del mundo, y combinando entre aquellos
pictorialistas clásicos de principios del siglo XX y los últimos,
inclasificables en un movimiento concreto desde mi punto de vista, que mezclan
soportes y formatos digitales en fotografía con otras vías de expresión
artística como puede ser el vídeo digital, encontramos a este fotógrafo alemán
de finales del siglo pasado que continúa en los inicios del presente
desarrollando una obra tan prolífica como valiosa.
Las
fotografías de Tillmans se mueven entre los extremos, aquellos que marcan la
composición y claridad de la imagen, y los que nos trasladan a un poder
inmediato del instante congelado a través de la cámara. En sus fotografías se
aprecia un atisbo a la hora de presionar el disparador, lo que nos convierte
frente a sus imágenes en espectadores para la ocasión, dejándonos ver la
posibilidad de control que podría ejercer sobre sus obras y que a menudo
rechaza a favor de una realidad más que aparente.
Ganador en el
año 2000 del premio Turner de la Tate Britain, continúa hasta el momento
cosechando nuevos galardones y reconocimientos a su obra, caracterizada por ese
sentido de la realidad tan aparente que lleva a una integración total de sus
personajes en el entorno habitual, alternando en ocasiones desde un salón de
una vivienda plagada de cocaína a una alcantarilla callejera por la que asoma
un roedor.
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